El Masaje, un viaje sensorial
Adquirimos conciencia del mundo que nos rodea a través de los sentidos. Los estímulos desencadenan sensaciones, pero la organización, interpretación y análisis de éstas no depende exclusivamente de los sentidos, sino también del cerebro. A partir de los estímulos recogidos por los sentidos organizamos y recreamos la realidad y adquirimos conciencia de ella por medio de la percepción. El estímulo pertenece al mundo exterior y causa un efecto o sensación, mientras que la percepción es el proceso psicológico de la interpretación y depende, en gran parte, del «mundo interior» de cada individuo. Es por eso por lo que cada mínimo detalle cuenta, y la suma de todos ellos hace la diferencia. Como en la vida misma....
El oído: Continuamos nuestro viaje a través de los sonidos de piano, arpa, flauta, guitarra, viento, agua, pájaros, que te acompañaran para que tu mente se calme, para trasladarte a otros lugares, que te provoquen sensaciones, emociones. La música es un movimiento organizado de sonidos a través de un factor estable o inestable de tiempo. Tiene importantes efectos en el sueño, sobre la conducta, la memoria, la atención, la relajación.
El olfato: Otro gran compañero en este viaje, el olfato. De los cinco sentidos es el primero, el más directo, porque es el que más recuerdos evoca y el que más perdura en nuestra memoria. Es 10 mil veces más sensible que cualquier otro de nuestros sentidos, y se dice que cuando un aroma entra por nuestra nariz se activa la parte del cerebro estimulando el sistema nervioso central, el cual modifica el estado de ánimo, la memoria, las emociones, el sistema inmunitario y el sistema endocrino. Un roció con aroma a lavanda con sus virtudes calmantes y sedantes te anuncian el comienzo y final de nuestro masaje. Tu piel también se verá beneficiada por la sinergia de los aceites que penetran por los poros y la nutren.
El tacto: Y para finalizar este viaje, el tacto que es sin duda el sentido más vivificado de los cinco que posee el ser humano. Como los demás sentidos, existe una memoria táctil que almacena, recuerda y reconoce las experiencias sensitivas vividas. La piel, el órgano más extenso de nuestro cuerpo, percibe, expresa y refleja su contenido emocional. A través del contacto de las manos sobre la piel de la otra persona se puede sentir su estrés, su relajación, su tensión, su confianza... lo que el cuerpo alberga en su interior, esas emociones que quedaron atrapadas y se manifiestan en el exterior en forma de dolor muscular, bloqueo articular, sensación de pesadez, angustia. Es una unión mágica de energías, que se comunican sin hablar, solo sienten. Y todo esto es posible si existe un contacto consciente, respetuoso y amoroso.
Cuando comienza el tuyo??